viernes, 13 de mayo de 2011

La otra carta abierta al gobierno


HON. LUIS G. FORTUÑO BURSET, GOBERNADOR DE PUERTO RICO
HON. THOMAS RIVERA SCHATZ, PRESIDENTE DEL SENADO DE PUERTO RICO
HON. JENNIFER GONZALEZ, PRESIDENTE DE LA CAMARA DE REPRESENTANTES DE PUERTO RICO

Distinguidos funcionarios:

Nuestro país cuenta con una clase médica preparada, competente y deseosa de brindar los mejores servicios de salud a sus pacientes, pero en sus propios términos. El acceso a ciertos especialistas y sub-especialistas es cada vez menor porque los centros de entrenamiento de residencias han cerrado y estos médicos brincan el charco a especializarse fuera de Puerto Rico y allá se quedan muchos. Incide primordialmente en su decisión el deterioro social que vive nuestro país, el estrangulamiento de los planes de seguros médicos a su práctica profesional, el “capitation” de la reforma de salud, mejores condiciones económicas y mejor calidad de vida para ellos y su familia. Están cansados de que enfermeras contratadas por los planes médicos les digan lo que tienen o pueden hacer con los pacientes. Conscientemente, van estos buenos médicos a un país donde hay más radicaciones - per capita - de pleitos por impericia médica que en Puerto Rico y donde se cobran primas de seguro que multiplican geométricamente las que se cobran en este país, donde un 85% paga menos de $5 mil anuales. Sin embargo, para el que lo hace, el brinco vale la pena y no tienen miedo a lo que les espera, porque son buenos. De hecho, los reclutadores gringos de talento médico carecen de interés en los malos médicos boricuas; desafortunadamente, estos se nos quedan aquí.

También es de conocimiento general que, en muchos de nuestros hospitales, los pacientes poli-traumatizados, los de ortopedia, neurocirugía y otras especialidades quirúrgicas son transferidos al Centro Médico de Puerto Rico. Es cierto que la ley ya concede inmunidad total a los médicos que allí trabajan en caso de reclamaciones de impericia médica, sencillamente porque son empleados públicos de la UPR o ASEM y reciben un sueldo fijo del gobierno. La práctica de transferir pacientes privados realmente no está relacionada con las actuales leyes que rigen las acciones de impericia medico-hospitalarias. Tiene que ver con una mala y cuestionable maña decenal, de manejar solo pacientes con condiciones médicas fáciles de tratar y de fácil remuneración económica. Tiene que ver también con el deseo de vivir una vida más o menos normal, lejos del hospital en horas de la madrugada y más cerca del mar y de las canchas de tennis y campos de golf en los fines de semana y algunos miércoles también. Por eso a los obstetras les gusta hacer tantas inducciones de partos y tantas cesáreas.

El riesgo que tiene un médico a ser demandado siempre ha estado vinculado a su pericia o falta de ella, no al derecho de las victimas a ser justamente compensadas por sus daños ocasionados por negligencia ni a los abogados que las representamos. El resto es un cuento de camino y miedo infundado. Y de esto puede dar fe el gran porciento de buenos médicos en Puerto Rico que nunca han sido demandados, ya que solo el 3% de los médicos ocasiona la mayor parte de las pérdidas de SIMED; los mismos que el Colegio y la Asociación de Médicos sigue protegiendo con su falta de auto-regulación.

La situación con las mujeres parturientas en Puerto Rico no es crítica; han seguido pariendo al mismo ritmo, a pesar de las amenazas o acciones de algunos obstetras de dejar el país. No se van del país a parir; paren aquí. O sobraban los que había, o los que se quedaron han sido suficientes para atenderlas. No obstante, es un hecho cierto que el mundo se está moviendo hacia un parto cada vez más natural, con menos intervenciones de los médicos obstetras que lo que sí han hecho es subir la incidencia de partos por cesáreas. Por si quieren hacer otro homenaje legislativo, es bueno que sepan que Puerto Rico posee la cuestionable distinción de ser el líder en el mundo en este renglón, con un 48% de partos realizados mediante cesárea.

Algunos médicos en EEUU y Puerto Rico, afortunadamente la minoría, hacen medicina defensiva, con la idea equivocada de que con ello pueden evitar las demandas de impericia. Sin embargo, sepan distinguidos funcionarios, que la medicina defensiva no es el estándar medico aceptable en el mundo; encarece los costos de salud e implica una práctica médica antiética y deplorable, que a la larga es pagada por el menos que puede: el paciente. Si esta práctica retrasa el tratamiento médico definitivo y ocasiona un daño, estamos ante un acto de impericia médica y otra demanda que le deben sacar el cuerpo.

El miedo infundado a las demandas o la "jaibería" del liderato de los médicos en Puerto Rico no se resuelve quitándole derechos a sus pacientes, eliminando la solidaridad o poniendo topes a las compensaciones; medidas que solo afectan a los que más daños han sufrido.

No sigan dando inmunidad a los médicos a tutiplén y menos a los que tienen privilegios en hospitales que generan ingresos por estar privatizados. Si quieren favorecer a los médicos, paguen sus seguros de impericia, como sugirió Ud., Señor Gobernador en 2008, cuando era solo un candidato. Paguen los seguros médicos a los estudiantes y a los médicos que entrenan, mientras estén en esas funciones académicas en los hospitales privados.

Reabran los centros de entrenamiento para generar especialistas, que fueron cerrados por los que los antecedieron, por querer implantar el plan de reforma de salud criticado por todos los sectores. La media en las compensaciones que se conceden en los pleitos de impericia médica no excede la cubierta de $100 mil que ofrece SIMED y menos la de $250 mil de Triple S. Además, sepan distinguidos funcionarios, que existe en el mercado de nuestro país seguro del exceso, hasta $3 millones, que los médicos son renuentes a comprar, a pesar de ser su precio uno bien competitivo, prefiriendo pagar a abogados por el exceso de su póliza.

Las víctimas de impericia médica son el eslabón más débil de la cadena y sufren por toda la vida. Con sus virtudes y sus defectos, se sienten protegidas por el actual estado de derecho, que ha servido bien. No quieren ser protegidas por médicos que han demostrado que sus propios intereses económicos excede el interés por la salud de sus pacientes. No cercenen los derechos de los pacientes para favorecer los intereses económicos de una clase que siempre ha sido privilegiada. Es absurdo y risible que al promover el quitarles derechos a sus pacientes, pretendan decir que están protegiéndolos.

Nota: A lo mejor no llega, pero al menos no costó $5,600.00; solo un poco de tiempo y una pizca de coraje del autor ante unas medias verdades publicadas que le zumban la manigueta.


Nota del 15 de mayo
De soga en casa del ahorcao'. Ayer se celebró un foro en el Recinto de Ciencias Médicas sobre el tema de la impericia médica, en vísperas del proyecto de administración que amenazan por presentar desde Fortaleza. Desinflando el argumento del éxodo, allí se dijo que solamente 40 médicos se habían ido de Puerto Rico en 2010 hacia EEUU y que habían regresado 8 y que la motivación no era las demandas, sino mejor calidad de vida, por ende, huyendo del deterioro social y mejores salarios. También se dijo que las demandas de impericia médica no iban en aumento, disminuyendo incluso el promedio de compensaciones a solo $42,000, lo que fácilmente es cubierto por los seguros existentes en el mercado. Y que el actual TEM o Junta de disciplina, bla bla bla estaba inoperante y el Colegio de MD's no autorregulaba a los médicos; incluyendo al 3% que son "viajeros frecuentes" a los tribunales. En fin, allí se habló de la soga en casa del ahorcao'; si no escucharon, es porque no quisieron. Ojalá que el presidente del senado use esos datos y otros adicionales de falta de vínculo,que nadie dijo, para detener esta locura a tiempo; porque, de seguro, a doña Jeniffer y al gobe les importa un K.

Nota del 17 de mayo
"Pese a que el Colegio de Médicos Cirujanos lleva a cabo una campaña denunciando la fuga de galenos al exterior por la falta de un tope en las compensaciones por daños morales en los casos de impericia médica, La Junta de Licenciamiento y Disciplina Médica, aseguró que en 2010 se registró un aumento de 730 galenos licenciados para ejercer la medicina en la Isla." El Vocero de PR, pág. 13.

2 comentarios:

TaniaR dijo...

Lamentablemente nadie sabe el sufrimiento que se pasa cuando tu familiar es objeto de negligencia medica. Cada medico debe hacerse responsable y pagar por un seguro de impericia medica. Esa inmunidad establecida a los medicos que trabajan en ASEM y UPR, lo que hace es albergar un monton de ineptos que creen que en vez de trabajar con humanos, trabajan en el matadero.

Wilfredo dijo...

Carta abierta. Estimado senor, quisiera que usted diera cuantas demandas frivolas por impricia medica ocurren en PR. Sabe usted que SIMED paga 200 dolares mensuales a los abogados por llevar un caso o varios de impericia. Muchos de estos casos el medico decide transarlos pq economicamente es mas factible pq sino su poliza aumentara. El problema no son los medicos, el problema es q el sistema de salud no lo compone meramente el galeno sino el hospital, el enfermero, el terapista, etc. y al fin al cabo el medico es el responsable. En cuanto a clase privilegiada, somos nosotros los cuales en nuestro imternado y/o residencia hacemos guardias de 24h cada 3 o 4 dias. Somos nosotros los que los planes fijan tarifas de procedimientos medicos q son mas baratas q recortar el cabello en una barberia o cambiar el grifo por un plomero. Mi salud por ejemplo quiere pagar por una paracentesis 30 dolares, cuando es un procedimiento de riesgo y de una hora de duracion . Es absurdo hablar de etica medica y poner precio a x o y caso de malpractice, o hablar de juramento de hipocrates en un pais capitalista, en realidad los medicos somos victimas de los abogados q viven gracias a nosotros, una solucion seria demandar aquellos abogados que lleven casos frivolos, para q respondan como clase privilegiada q son.