La incertidumbre que rodeaba la investigación de las autoridades federales en Puerto Rico se está disipando. Con la revelación de los nombres y el arresto de casi 90 médicos de los llamados “fatulos”, un gran jurado federal ha destapado totalmente la olla de corrupción existente en el Tribunal Examinador de Médicos de Puerto Rico, organismo encargado por ley para autorizar la práctica de la medicina en nuestro país.
El fiscal federal a cargo de la pesquisa, AUSA José Ruiz, ha dicho que la investigación continúa, por lo que no se puede descartar la presentación de más cargos criminales, incluso en contra de uno o más tribunos del TEM. A pesar de que esa aseveración deja aún al pueblo en una nebulosa informativa, es común que, a medida que marcha el proceso legal, algunos de los acusados hagan acercamientos a fiscalía implicando más personas en el esquema, para lograr una reducción en su sentencia. Todo parece indicar que la evidencia para acusar a tribunos del TEM es inexistente o es aún muy débil para sostener acusaciones de este tipo, aunque ya el gobernador de PR haya presentado acusaciones adminsitrativas y se propone presentar cargos adicionales. Solo el tiempo dirá.
Nadie debe alegrarse de esta triste situación por la que atraviesan estas personas y sus familias y por los días aciagos que les esperan en este proceso que enfrentan en la corte federal. Es una situación verdaderamente bochornosa que ocasiona vergüenza ajena. Empero, todos debemos aplaudir, no solo a las autoridades federales que profundizaron en una investigación e hicieron los arrestos, sino a la comisión de salud de la Cámara de Representantes, bajo el liderato de un joven puertorriqueño cuyo oficio anterior era el de humilde asistente de farmacia, por esta iniciativa que ciertamente le puso el cascabel al gato y que, de alguna manera, redundará en beneficio del pueblo recipiente de los servicios de salud.
El fiscal federal a cargo de la pesquisa, AUSA José Ruiz, ha dicho que la investigación continúa, por lo que no se puede descartar la presentación de más cargos criminales, incluso en contra de uno o más tribunos del TEM. A pesar de que esa aseveración deja aún al pueblo en una nebulosa informativa, es común que, a medida que marcha el proceso legal, algunos de los acusados hagan acercamientos a fiscalía implicando más personas en el esquema, para lograr una reducción en su sentencia. Todo parece indicar que la evidencia para acusar a tribunos del TEM es inexistente o es aún muy débil para sostener acusaciones de este tipo, aunque ya el gobernador de PR haya presentado acusaciones adminsitrativas y se propone presentar cargos adicionales. Solo el tiempo dirá.
Nadie debe alegrarse de esta triste situación por la que atraviesan estas personas y sus familias y por los días aciagos que les esperan en este proceso que enfrentan en la corte federal. Es una situación verdaderamente bochornosa que ocasiona vergüenza ajena. Empero, todos debemos aplaudir, no solo a las autoridades federales que profundizaron en una investigación e hicieron los arrestos, sino a la comisión de salud de la Cámara de Representantes, bajo el liderato de un joven puertorriqueño cuyo oficio anterior era el de humilde asistente de farmacia, por esta iniciativa que ciertamente le puso el cascabel al gato y que, de alguna manera, redundará en beneficio del pueblo recipiente de los servicios de salud.
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