Es muy difícil admitir los errores
propios; es más fácil señalar los ajenos. Sin embargo,
se ha descubierto que,
para un médico, resulta muy inteligente disculparse ante un paciente o sus
familiares, que han recibido daños por su negligencia o impericia. Lo mismo aplica
a los hospitales, cuando hay negligencia hospitalaria. Puede que no, pero es muy posible que disculparse a
tiempo valga la pena porque quizá, con ello, se evita ser demandado.
El incidente de la bacteria en el
hospital de Carolina fue la gota que colmó la copa que provocó que el
Secretario doctor Joglar dejara la Secretaría de Salud. Un poco antes de ese incidente fue su manejo
de la situación con el llamado Virus del Nilo, donde aparentaba haber sido
contagiada una dama. Las cosas olían mal
luego que salió a la luz pública el alegado conflicto que planteaba el nombramiento
del doctor Joglar a la más importante silla en el Departamento de Salud, por
haber sido un alto funcionario en Medicare y Mucho Más y en Triple S, las dos
aseguradoras de planes de salud más importantes de Puerto Rico.
Muchas voces han hablado sobre el
hoy Ex Secretario de Salud, de lo buen ser humano y médico que es, hasta de lo
buen abuelo que ha sido con sus nietos. Todas esas voces siempre negando que
fuese la persona idónea para ser nombrada a esa silla ministerial. Todos los escuchados, sin embargo, han pasado
por alto la importante contribución que ha hecho el doctor Joglar, a propósito
de su crisis más reciente. Que yo
recuerde, nadie antes lo había hecho.
Quizá ingenuamente, el doctor Joglar denunció públicamente que hubo
negligencia en el manejo del protocolo con relación al control de infecciones en
el Hospital Federico Trillas. La
implantación del protocolo de control de infecciones del hospital fue
negligente y lo dijo alto y claro. Y
como si fuera poco, añadió el galeno que esa negligencia fue la que ocasionó la
muerte a casi una docena de pacientes y el contagio de muchos otros.
Ahora que se puede dedicar más a cuidar de sus plantitas, sostengo que el doctor Joglar ha
hecho en su corta estadía en el servicio público reciente una contribución
importante. Esta coyuntura debe ser utilizada para ensayar una propuesta que ha
tenido éxito en muchas partes del mundo. Ahora que el gobierno ha admitido la
negligencia y que ésta ocasionó el contagio y algunas muertes, proceden las
disculpas personales a los familiares de las víctimas fallecidas y a las
víctimas que se contagiaron y que no han muerto.
Los funcionarios que administran y operan el hospital señalado, y que
son responsables del protocolo de control de infecciones, deben dar cara en
este momento ante las víctimas de la negligencia hospitalaria. Deben ofrecerles disculpas y una compensación
económica justa y adecuada para las pérdidas que han sufrido. Existe un caso claro de negligencia
hospitalaria. Es éste el momento de
corregir la situación. La mejor manera de comenzar es compensando a las
víctimas de la negligencia.
NOTA: 2 de enero de 2014
Como es de conocimiento público, se radicó una demanda de clase de las víctimas del brote bacteriano, pidiendo daños y perjuicios para las sobrevivientes y para los familiares de las que no sobrevivieron. Para mi sorpresa, casi al filo del 2013, los demandantes radicaron una acción de un interdicto, pidiendo nada menos que el cierre del hospital. El nuevo año los recibió con una decisión del Tribunal Superior de Carolina, denegando el injunction, bajo el argumento de que el interés de los demandantes no sobrepasa el efecto negativo de un cierre del hospital para la comunidad que sirve. Creo que la decisión fue correcta, con la venia de mi ex compañero de clase, que representa a los demandantes en un pleito de idem. LEs deseo suerte en lo que resta del pleito.
NOTA: 2 de enero de 2014
Como es de conocimiento público, se radicó una demanda de clase de las víctimas del brote bacteriano, pidiendo daños y perjuicios para las sobrevivientes y para los familiares de las que no sobrevivieron. Para mi sorpresa, casi al filo del 2013, los demandantes radicaron una acción de un interdicto, pidiendo nada menos que el cierre del hospital. El nuevo año los recibió con una decisión del Tribunal Superior de Carolina, denegando el injunction, bajo el argumento de que el interés de los demandantes no sobrepasa el efecto negativo de un cierre del hospital para la comunidad que sirve. Creo que la decisión fue correcta, con la venia de mi ex compañero de clase, que representa a los demandantes en un pleito de idem. LEs deseo suerte en lo que resta del pleito.
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