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viernes, 13 de septiembre de 2013

Hay que aprovechar la coyuntura

            Es muy difícil admitir los errores propios; es más fácil señalar los ajenos. Sin embargo,
se ha descubierto que, para un médico, resulta muy inteligente disculparse ante un paciente o sus familiares, que han recibido daños por su negligencia o impericia. Lo mismo aplica a los hospitales, cuando hay negligencia hospitalaria. Puede que no, pero es muy posible que disculparse a tiempo valga la pena porque quizá, con ello, se evita ser demandado.

            El incidente de la bacteria en el hospital de Carolina fue la gota que colmó la copa que provocó que el Secretario doctor Joglar dejara la Secretaría de Salud.  Un poco antes de ese incidente fue su manejo de la situación con el llamado Virus del Nilo, donde aparentaba haber sido contagiada una dama.  Las cosas olían mal luego que salió a la luz pública el alegado conflicto que planteaba el nombramiento del doctor Joglar a la más importante silla en el Departamento de Salud, por haber sido un alto funcionario en Medicare y Mucho Más y en Triple S, las dos aseguradoras de planes de salud más importantes de Puerto Rico.

            Muchas voces han hablado sobre el hoy Ex Secretario de Salud, de lo buen ser humano y médico que es, hasta de lo buen abuelo que ha sido con sus nietos. Todas esas voces siempre negando que fuese la persona idónea para ser nombrada a esa silla ministerial.  Todos los escuchados, sin embargo, han pasado por alto la importante contribución que ha hecho el doctor Joglar, a propósito de su crisis más reciente.  Que yo recuerde, nadie antes lo había hecho.

Quizá ingenuamente, el doctor Joglar denunció públicamente que hubo negligencia en el manejo del protocolo con relación al control de infecciones en el Hospital Federico Trillas.  La implantación del protocolo de control de infecciones del hospital fue negligente y lo dijo alto y claro.  Y como si fuera poco, añadió el galeno que esa negligencia fue la que ocasionó la muerte a casi una docena de pacientes y el contagio de muchos otros.

           Ahora que se puede dedicar más a cuidar de sus plantitas, sostengo que el doctor Joglar ha hecho en su corta estadía en el servicio público reciente una contribución importante. Esta coyuntura debe ser utilizada para ensayar una propuesta que ha tenido éxito en muchas partes del mundo.  Ahora que el gobierno ha admitido la negligencia y que ésta ocasionó el contagio y algunas muertes, proceden las disculpas personales a los familiares de las víctimas fallecidas y a las víctimas que se contagiaron y que no han muerto.

Los funcionarios que administran y operan el hospital señalado, y que son responsables del protocolo de control de infecciones, deben dar cara en este momento ante las víctimas de la negligencia hospitalaria.  Deben ofrecerles disculpas y una compensación económica justa y adecuada para las pérdidas que han sufrido.  Existe un caso claro de negligencia hospitalaria.  Es éste el momento de corregir la situación. La mejor manera de comenzar es compensando a las víctimas de la negligencia.

NOTA: 2 de enero de 2014

Como es de conocimiento público, se radicó una demanda de clase de las víctimas del brote bacteriano, pidiendo daños y perjuicios para las sobrevivientes y para los familiares de las que no sobrevivieron.  Para mi sorpresa, casi al filo del 2013, los demandantes radicaron una acción de un interdicto, pidiendo nada menos que el cierre del hospital.  El nuevo año los recibió con una decisión del Tribunal Superior de Carolina, denegando el injunction, bajo el argumento de que el interés de los demandantes no sobrepasa el efecto negativo de un cierre del hospital para la comunidad que sirve.  Creo que la decisión fue correcta, con la venia de mi ex compañero de clase, que representa a los demandantes en un pleito de idem. LEs deseo suerte en lo que resta del pleito.

            

miércoles, 26 de diciembre de 2012

El Secretario de Salud: un donqueo de tres

El Secretario de Salud que Alejandro García Padilla, el gobernador electo, nombre, deberá lidiar con la impericia médica, pero teniendo de norte solamente a los pacientes en Puerto Rico, que son el eslabón más débil de la ecuación en el tema de la salud.  El próximo titular del Departamento de Salud no ha sido nombrado aún.  Sin embargo, el que se nombre en su día, no debe buscar soluciones cuando no existan problemas.  El que sea que se nombre, tiene que olvidarse de trastearles los derechos a los pacientes con el fin de favorecer a sus colegas o pensando que soluciona algún problema.  Que no empiece por tragarse el cuento trillado del éxodo de médicos a Estados Unidos y proponga legislación para cercenar derechos a los pacientes en el país.  Que no se trague el cuento de las demandas frívolas y los "altos" costos de los seguros.  Puras pamplinas mediáticas, por decirlo finamente.

El nuevo Secretario del Departamento de Salud debe tener bien claro que nada tiene que ver con las demandas de impericia médica y los abogados el que los médicos se nos vayan a EEUU.  Que no venga a hablar del tema de la impericia médica, desde el punto de vista del médico. Que lo haga, esta vez, desde el punto de vista del paciente, que es al que le toca defender.  A los médicos los defiende y defenderán sus dos gremios: el Colegio de Médicos y Cirujanos de PR y la Asociación Médica de Puerto Rico. A ellos les toca, no al Secretario de Salud. ¿Entiende?

En el pasado, Secretarios de Salud Puerto Rico han sido, naturalmente, médicos. Sin embargo, el hecho de ser médico no califica a la persona para hacerse cargo del Departamento de Salud. Debe tener quizá un bagaje administrativo, que entienda de presupuesto, que sepa de hospitales y que esté dispuesto a implantar la política pública del nuevo gobierno en el tema de la salud.

Por último, y no menos importante, el nuevo Secretario de Salud tiene que saber jugar baloncesto.  Se preguntarán por qué.  Ese talento le ayudará para donquear en el zafacón el reglamento de los centros de trauma. El mismo donde Luis Fortuño Burset y don Lorenzo le concedieron, de manera gansa, la inmunidad del Estado a diez hospitales privados y a los médicos particulares que allí trabajan.  Todos los pacientes lo quieren y se lo agradecerán.  El día que lo haga, y no debe tardar mucho, me lo gozaré y el donqueo, no importa, le contará de tres.

Nota del 27 de diciembre de 2012

La posición tiene al fin cara.  La silla caliente de Salud será ocupada, a partir del 2 de enero de 2013, por el nefrólogo Francisco Joglar Pesquera, nombrado hoy por el gobernador electo. Para los que no hayan escuchado nada sobre el pedigree del galeno, pueden acceder aquí a su curriculum vitae.  Resalta que, hasta el 2005 en que asume la posición de Director Médico de Triple S, el doctor Joglar Pesquera era profesor del Recinto de Ciencias Médicas de nuestro primer centro docente, de donde también fue su decano hasta su renuncia.  De ahí sale a Triple S, donde fue reclutado por AGP y, presumo, por el Dr. Jorge Sánchez, su asesor senior en temas de salud.  Desconozco el salario que obtendrá el doctor Joglar como titular de Salud.  Del contrato que accedí con Triple S, surge que devengaba hasta 2010 un ingreso de casi $300 mil al año.  De lo que estoy seguro es que, para el nombrado, el servicio público conllevará una merma en sus ingresos.  Si deja a su paso una huella positiva, eso estará por verse.  Desafortunadamente, para él, sus actuaciones en cuanto a la industria de planes médicos serán siempre prejuzgadas como si fuera un cabildero de su anterior patrono privado.  Le damos, claro está, el beneficio de la duda, aunque no sabemos si sabe jugar baloncesto y hará pronto el donqueo que pedimos. Comoquiera, le deseamos mucho éxito en su encomienda porque, si lo tiene, será bueno para los pacientes en Puerto Rico y su satisfacción valdrá más que el salario que dejará de percibir.